Quién resistirá?


Esgrima de tres.

Defensa de una elección personal, una posición diferente, un natural disfrute que ocasiona el actuar bajo el mando del corazón o simplemente por lo que dicta el deseo.
Contra el desaforado amor del que pierde su lugar protagónico, no en la vida del otro sino en la referencia de horizonte, de identidad que se supone que ese otorga y el otro le debe.
Ante esa escena un tercero que es escudo único de ambos y ninguno, coraza hecha de miedos y humores que da respiro a la contienda y se deshace frente a la realidad de su endeblez.

Brillante combate con arma blanca, en disputa de ese amor tan apasionado y sangriento que es la amistad.

Se apagan las luces y arranca ART.
de Yasmina Reza protagonizada por Germán Palacios, José Luis Mazza y Ricardo Darin en el teatro Tabaris de Buenos Aires.

Me veo en el personaje de Mazza, sacado, perturbado, abusado por aquel que no supo verme en el lugar al que le esperé infructuosamente.
Su infidelidad o liviandad de abrirle el juego de a tres cuando era a dúo. Me saca, me enoja, me hace pensar en que esta obra ya no la veremos nunca juntos, no tengo nada que ver con ese que no me tuvo en cuenta.

Al mismo tiempo no puedo negarlo, me paro como Palacios, soberbio de ver algo que otros no pueden, de dejarme llevar por el placer y la provocación que solo yo y unos pocos pueden disfrutar.
Que ese que viene conmigo desde hace tanto tiempo no sienta lo que yo, me hace despreciarlo, no es posible que preste atención a otra cosa. Ya no me interesa.

Me siento también esa ameba atrapada en una tercera posición que permite un poco de cada uno y de ninguno, como lo juega Darin en su rol, cuando no arriesga ir hacia un costado o al otro por no tener la luz suficiente para ver los pasos a seguir.

Esos tres son como nueve tipos,
que de alguna manera nos identifican a todos, claramente o en sus sombras blancas apenas perceptibles en ese lienzo mas blanco donde se proyectan, tan arrogantes imposibles, como bellos de alma abierta.

Actores que se mueven en una puesta en diagonal, escena que se viene en picada a la platea para que uno no pueda mas que mirar y verse.

Así me veo en cada uno, en los otros y me imagino tras la caída del telón, que bueno sería poder reconocerse en los demás y juntos hacer que cada momento sea un hecho artístico de nuestra obra cotidiana para ser mas nosotros de lo que creemos ser.

Al alcance de nuestra esperanza

Sensaciones de la infancia, pocas y dispersas me llegan cada tanto, esta vez de manera profunda y reveladora, una fecha efeméride de las mas marcadas en el calendario nacional o de la única que nadie nacido por aquí puede obviar, con certezas o apenas garabateado en el paso por la primaria: el veinticincodemayodemilochocientosdiez.

Imágenes de actos escolares arriba del escenario como granadero, negrito vendedor ambulante de algo o baritoneando himnos y canciones alusivas en la ultima hilera del coro.

También y quizás la foto mejor guardada en mi memoria, de un mayo familiar único e irrepetible, de visita a La Plaza , chocolate, churros, desfiles, fiestas mallas y coronado con la lectura de mi viejo de ese hecho histórico relatado en un libro de tapa dura y roja que era parte de una colección a la que luego tuve a tiro cada vez que la historia me provocaba.

Desde esa infancia que se iba yendo, a marchas, actos y encuentros de homenajes, reivindicaciones o reclamos, muchas veces me encontré con la emoción de sentir al otro como a uno mismo, movilizados y unidos, diferentes y a la vez tan parecidos, momentos que en algún rincón del corazón me hicieron feliz sentirme parte de una historia y del sueño común de la utopía.

Pero la verdad, veinticinco de mayo no recuerdo otro como aquel, donde arrojado encima de mi papá escuche a fuego lento por vez primera esa historia apasionante que el leía emponchándome en un fervor que guardo hasta hoy.

Hoy ,es casi treinta años después, donde revivo ese misterioso entusiasmo y deseo de sentirme pueblo, el que siempre supo, sabe y sabrá de que se trata.

Pero hoy, también es el tercer mayo de Manuel y quizás esto eleve aun más mi valoración por esa sensación emocionante de reconocerse, reconocernos en una historia que tuvo y no puede dejar de tener un mayo para el encuentro y la construcción colectiva de nuestros sueños.

Con la excusa de celebrar un bicentenario del mayo de 1810, sin acreditación especial, sin trapo sectorial, pero asumiendo felizmente que este tiempo tiene muchas de las razones ideológicas y folclóricas, ¿por que no?, que nos identifican en plenitud, salimos a caminar las calles patrias con todos y por todos.

La emoción compartida se hace bandera flameante libre y luminosa, ahí nomas  
al alcance de nuestra esperanza.                                                                              
Por eso este texto, abrazo y brindis por las sensaciones que nos encuentren.     
Salud

Lo que esta ahí... entre medio.

No hay marcha atrás, se puede cambiar de canal intentar salir rápido de la incomodidad esa de toparse con una imagen inconveniente que se coló en el momento de hacer zapping, pero lo que se posó frente a la vista televisiva, mirado está.
Ese instante que tenia que completarse con el dibujito o el programa de Discovery Kids y en cambio dio lugar al primer plano de una pareja desnuda o al cuerpo ensangrentado de un muerto en la calle, provocan el desconcierto del adulto que no sabe como salir del paso. ¿Calla u otorga?.

Los chicos frente a la tv: un riesgo inmanejable, salvo que se evite el contacto visual entre el aparato y el niño. O bien aceptar la posibilidad de acompañar el descubrimiento del mundo aún ajeno de los chicos y hacerse cargo como adulto que esta al lado, de mirar con él y a él que lo necesita.

¿Que pueden ver y que no?
¿Cuándo un contenido perturba ?
¿Quién es el que regula la permanencia del chico frente a la tv?

Preguntas que se responden diametralmente diferente, si uno elije alejar al pibe del aparato televisivo o en cambio acepta ese lugar riesgoso y complejo de poner dos sillas frente a la pantalla y zambullirse en ese mar cautivante que es para los chicos el show de la tv.

Asumir este desafío cultural por parte de los padres y docentes, implica dar pasos propios y cuestionar las formas o senderos ya transitados por los que nos precedieron. Pero al mismo tiempo los escenarios actuales parecen retrotraerse a décadas pasadas y creídas ya superadas en materia de medios, cultura y educación

A sabiendas que podamos ser acusados de nostálgicos fuera de tiempo, las actuales preocupaciones por lo que sucede en los medios y la protección de los niños -que obviamente trasciende a la tv, espacio mediático que hoy quizás como nunca antes manipula de manera transparente, pero que ya a nadie le interesa discutir- nos devuelve a las reflexiones de Umberto Eco cuando publicaba allá por 1965 "Apocalípticos e integrados" y si, nos gusta volver allí.

Que mejor que volver a este hito intelectual que como tantos otros nos empuja a tomar un lugar para enfrentar lo que somos y nos pasa como sociedad. Volver con Eco como con McLuhan pero también y especialmente con nuestro Daniel Prietro Castillo (de ayer y de hoy) para pensar con calma, sin la prisa vertiginosa de los que no quieren profundizar nada y condenar todo.

Lo que esta ahí y pone en riesgo nuestra supuesta calma, no se puede tapar, no hay que alejarse de ello, más es una gran oportunidad para saber de nosotros mismos y ayudar a Ser a quien tenemos delante y espera de nosotros tan solo para jugar y divertirse en verdadera calma.

"existen infinitas maneras de aprender. Los caminos del aprendizaje están ligados a cuestiones científicas, teorías psicológicas pero también a la capacidad creadora de quien pone en marcha un proceso" D. P.Castillo.

Ese buen proceso de mujeres y hombres adultos que se hacen cargo de lo que esta frente a uno, es el movimiento reflexivo y de acción educadora que pretendemos reavivar frente a tanto miedo acusador y al mismo tiempo paralizador, proclamado casualmente desde los mismos medios.

Palabras de amor, una condena.

Privación de libertad para quienes las escriben, las que las esperan, a los que ni se enteran de ellas, a las que se sorprenden y claro a quienes no pueden seguir sus señas.
 
Texto donde se dijo algo de más o de menos, lo incorrecto, lo fantaseado, lo que es para el/ella o de destinatario equivocado. Error, juego, engaño, travesura y también deseo.

Palabras que llegan en cartas, correos electrónicos, pensamientos de facebook, notitas autoadhesivas, memos de oficina, papelitos debajo de puerta o pintadas callejeras.

Sensaciones desesperadas, que pretenden decir lo imposible. Miradas que encuentran un mudo lugar, abrazo a la distancia que conforma un rato la impaciencia de querer amar y no saber cuándo, cómo decirlo.

Cuento de dos contado por uno, que cree estar encontrado con ella en un lugar virtual lleno de excitación, culpa, misterio, ansia, perdida, revelación y soledad que se dejan marchar para no sufrir aunque eso mismo sea sufrir.
Juicio y castigo a quien las deja desangrar.

¿Que hace que a una palabra de amor se la deje morir sin siquiera ir en búsqueda de aquello propio que le dio origen?
Puede haber razones para el rechazo, pero ¿puede haber indiferencia a aquello que conmueve?


Alberto Manguel cuenta en el prologo de "Breve tratado de la pasión" que en algún barrio de Metz en el Noreste de Francia, una mujer demando a un hombre por haberle escrito algo más de ochocientas cartas de amor.

¿Lo estaría condenado por algo no escrito, antes de abrir la primera de esas ochocientas? ¿Abrió esa primera? ¿Qué mal la aquejaría a esa mujer amada que no pudo con tanto amor en palabras?

Traigo ese recorte solo para brindar por aquel, que no sabemos por calidad pero seguro por cantidad, hizo de su acto de amor un precedente para los que seguimos escribiendo o leyendo la palabra de amor que nos corresponde.

Que se haga justicia!!